Como morfina para mis ojos.. envueltos en un frenesí de colores y de instrumentos soy disparado desde un cañón atómico hacia un viaje fuera del tiempo. Los abro, susurro para ver si aún sigo aquí; el lápiz que punza mi cabeza ha vuelto, y con él la necedad e insipidez.
Estamos entrenados para encontrar las razones de lo que hacemos, pero no para llevar a cabo lo que nos parece razonable, y es que la sociedad no es más que un niño malcriado que ni siquiera se ha planteado crecer. Vuelvo a la realidad, me dio hambre; psicología social las pelotas.
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