"Es peligroso suponer que las personas se comportan de una forma racional: Si las personas fueran racionales harían escogencias de acuerdo a la lógica, sopesando beneficios y pérdidas y tendrían métodos de toma de decisiones basados en los argumentos, la experiencia y la conveniencia. Pues bien, la realidad es que la gran parte de las decisiones humanas se basan en las emociones, en lo que sienten, en su intuición, en creencias (algunas de ellas mágicas e ilusorias) y en principios y estructuras inconscientes. ¿Por qué elegimos a los mismos políticos de siempre? ¿Por qué seguimos fumando y tomando alcohol cuando sabemos que es lo más correcto para nuestra salud? ¿Por qué cierta mujer sale justamente con el tipo de hombre que le genera más sufrimiento? ¿Por qué repite el mismo patrón emocional una y otra vez? Cuando seduces no lo haces por tus argumentos o porque suponga la mejor decisión para la persona, lo haces porque lograste hacer lo que yo denomino un fuerte giro emocional, que se convirtió en una elección."
